Un estudio relaciona los niveles bajos de omega-3 con un mayor riesgo de psicosis

Los resultados de una investigación científica llevada a cabo recientemente han demostrado que la depresión podría ser menos común en países donde se consumen grandes cantidades de pescado. Se trata de un estudio realizado durante varios años, teniendo como eje el papel del aceite de pescado en los trastornos del estado de ánimo.

En este sentido, los autores apuntan que dos ácidos grasos omega-3 (ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA)) podrían tener el mayor potencial para beneficiar a las personas con trastornos del estado de ánimo. Esta investigación ha tenido lugar en la Universidad de Medicina y Ciencias de la Salud RCSI, en Dublín (Irlanda).

Uno de los datos principales es que los adolescentes con niveles más altos de ácido graso omega-3 en la sangre tienen menos probabilidades de desarrollar trastornos psicóticos en la edad adulta temprana. Según los investigadores, los ácidos grasos poliinsaturados (PUFA) pueden estar relacionados con el desarrollo de trastornos mentales. El equipo examinó las asociaciones transversales y longitudinales entre los PUFA (o AGPI) y los trastornos mentales en una gran cohorte de jóvenes.

Beneficios del omega-3 para la salud

El estudio ha sido publicado en Translational Psychiatry, en él participaron más de 3.800 personas con algún tipo de trastorno psicótico, depresivo o ansiedad generalizada. Los autores confirman que estas afecciones fueron detectadas a los 17 años y nuevamente siete años después. Durante al prueba se recogieron muestras de sangre y se midieron los niveles de ácidos grasos omega-6 y omega-3. Los primero suelen aumentar la inflamación en el cuerpo, mientras que los segundos se encargan habitualmente de reducirla.

Según las declaraciones de los investigadores, “es posible que los seres humanos hayan evolucionado con una dieta con una proporción relativamente equilibrada de PUFA n-6:n-3, pero en la dieta occidental moderna promedio esta proporción puede ser de 10:1 o superior”. Esto se debe a los efectos proinflamatorios y antiinflamatorios ampliamente opuestos de los mediadores lipídicos, por lo que se cree que el equilibrio de los ácidos grasos n-6 y n-3 es relevante para estados patológicos caracterizados por inflamación como las enfermedades cardiovasculares.

Cabe señalar que existe un conjunto de pruebas que implican una inflamación de bajo grado en asociación con la presencia o el riesgo de trastornos mentales como la esquizofrenia y la depresión, “al menos en un subconjunto de pacientes afectados”, han matizado los autores del estudio. Los mecanismos biológicos precisos por los cuales la inflamación puede contribuir al desarrollo de trastornos mentales son complejos, pero pueden incluir la modulación de la actividad del eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal, la neurotransmisión, la neurodegeneración y la activación microglial.

Por otra parte, una proporción más baja de ácidos grasos n-6 a n-3 puede estar asociada con una reducción de la inflamación. Por lo tanto, “presenta un posible mecanismo mediante el cual los factores dietéticos pueden modular los procesos inflamatorios”, explicaron los autores.

Detalles y resultados del estudio

Cabe destacar que la evidencia que sugiere que los ácidos grasos están asociados con trastornos mentales a los 17 años es escasa. No obstante, los investigadores encontraron que los jóvenes de 24 años con trastorno psicótico, depresivo y ansiedad generalizada presentaban niveles más altos de ácidos grasos omega-6 que de ácidos grasos omega-3, en comparación con aquellos sin estos trastornos mentales.

Respecto a las personas de 24 años con trastorno psicótico presentaron niveles más bajos de DHA que las personas de la misma edad sin trastorno psicótico. En un grupo de más de 2700 personas a las que se les dio seguimiento a lo largo del tiempo, los adolescentes con niveles más altos de DHA a los 17 años tenían un 56% menos de probabilidades de desarrollar un trastorno psicótico siete años después. Esto sugiere que el DHA en la adolescencia puede desempeñar un papel potencial en la reducción del riesgo de psicosis en la edad adulta temprana.

Sin embargo, el equipo de investigación subraya que se necesitan realizar más investigaciones para conocer los mecanismos detrás de este efecto, “pero posiblemente podría estar relacionado con la reducción de la inflamación o la disminución de la poda inadecuada de las conexiones cerebrales durante la adolescencia”, ha declarado David Mongan, primer autor del estudio.

La salud mental y el omega-3

Los datos de la EPA no estaban disponibles en el presente análisis, por lo que los beneficios para la salud mental, particularmente para la depresión, “pueden no estar reportados”, según el vicepresidente de asuntos regulatorios y científicos de la Organización Mundial de Omega-3 EPA y DHA (GOED), Harry B. Rice. El Doctor (PhD) ha añadido que “sólo se puede trabajar con los datos que se tienen y los resultados actuales proporcionan razones suficientes para que los adultos jóvenes aumenten la ingesta de omega-3”.

De hecho, la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI) señala que estas son más frecuentes de lo que muchos creen. “La psicosis es un síntoma, no una enfermedad, y es más común de lo que piensas. En Estados Unidos, aproximadamente 100.000 jóvenes experimentan psicosis cada año. Hasta 3 de cada 100 personas tendrán un episodio en algún momento de sus vidas”, señaló NAMI.

Por lo tanto, la organización cree que es necesario replicar el estudio, pero si los hallazgos son consistentes, estos resultados sugerirían que una mayor ingesta dietética de ácidos grasos omega-3 entre los adolescentes, por ejemplo, a través de pescados grasos como la caballa, podría prevenir que algunos jovenes desarrollen psicosis”. Además, el profesor David Cotter, autor principal del estudio y profesor de psiquiatría molecular en RCSI, ha concluido que “los resultados podrían plantear preguntas sobre la relación entre el desarrollo de trastornos de salud mental y los ácidos grasos omega-6”. Estos últimos se suelen encontrar en los aceites vegetales».

Referencias

Mongan D, Healy C, Jones HJ, Zammit S, Cannon M, Cotter DR. Plasma polyunsaturated fatty acids and mental disorders in adolescence and early adulthood: cross-sectional and longitudinal associations in a general population cohort. Transl Psychiatry. 2021 May 31;11(1):321.

Deja tu Comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *