La pregunta que más se repite en la última década acerca de Omega-3 es la que da nombre al título de este artículo: “¿Cuál es mejor, el aceite de Krill o el de pescado?”. Vamos a tratar de buscar una respuesta a esta cuestión en las siguientes líneas, poniendo sobre la mesa resultados de diferentes estudios que se han realizado los últimos años acerca de estos dos tipos de aceites.
Tradicionalmente, los aceites de pescado han salido reforzados por sus ventajas a la hora de mantener una dieta sana y equilibrada. Sin embargo, el aceite de Krill entra pisando fuerte en la lucha de los aceites, poniendo en peligro la victoria (hasta ahora) inamovible del aceite de pescado. Sin embargo, lo nuevo no tiene por qué ser lo mejor, para salir de dudas vamos a estudiar las debilidades y fortalezas de cada uno de estos elementos.
El punto fuerte del Krill
Varias investigaciones indican que el aceite de krill puede ser efectivo para construir niveles tisulares de ácidos grasos poliinsaturados omega-3 (AGPI n-3). Esta conclusión se deriva del hecho de que hasta el 65% de los PUFA omega-3 en el aceite de krill están esterificados como fosfolípidos (PL) en lugar de triacilgliceroles (TAG), que son la forma exclusiva que se encuentra en el aceite de pescado.
A rasgos generales, se considera que los fosfolípidos tienen una mayor biodisponibilidad, siendo el componente principal de las membranas celulares. Estos son absorbidos de manera más eficiente por el tejido cerebral.
Respuestas a la biodisponibilidad
Para sacar las conclusiones necesarias, se ha llevado a cabo un estudio con ratones. Estos animales fueron alimentados con una dieta de control o uno de seis DHA (1%, 2% o 4%) como dietas PL-DHA o TAG-DHA durante 4 semanas. Tanto la dieta PL-DHA como la TAG-DHA dieron como resultado una mayor concentración de DHA en el hígado, el tejido adiposo, el corazón y los ojos, pero no en el tejido cerebral.
Por el contrario, no hubo diferencias significativas en la concentración de DHA en todos los tejidos entre las formas PL- o TAG-DHA. Asimismo, todos los tipos de tejido mostraron niveles más altos de EPA PUFA para las dietas PL-DHA y TAG-DHA. Según este estudio, la forma PL de los PUFA omega-3 no parece aumentar el DHA y el EPA de manera más significativa que la forma TAG.
Anteriormente se hizo otro estudio con animales en el que se investigó el efecto de la administración oral a corto y largo plazo de aceite de krill y aceite de pescado en la biodisponibilidad en la sangre y el cerebro de las ratas. Las ratas recibieron 1000 mg de aceite de pescado, aceite de krill hecho por extracción enzimática, aceite de krill hecho por extracción con solvente o control. Se recogieron muestras de sangre y cerebro después de 2, 4, 8, 12, 24, 48 h de administración oral. Las ratas recibieron 500 mg diarios durante 2 semanas de los mismos aceites de prueba y luego se tomaron muestras de sangre y cerebro para una evaluación a largo plazo.
Los resultados mostraron que el contenido de PUFA en el cerebro fue mayor a corto plazo entre las ratas que recibieron aceites de krill. A largo plazo, hubo un nivel ligeramente mayor de EPA y DHA en los cerebros de las ratas que recibieron aceites de krill en comparación con el aceite de pescado, pero la diferencia no fue significativa.
Una vez terminado el estudio, y pasado el tiempo, no hubo diferencias significativas entre los niveles sanguíneos de DHA entre las ratas que recibieron aceite de krill o de pescado. No obstante, las que recibieron aceite de pescado mostraron concentraciones sanguíneas de EPA ligeramente más altas.
Otros marcadores metabólicos
Es un dilema que se extiende a otros marcadores metabólicos, como los niveles de TAG en suero en ayunas, lípidos totales, fosfolípidos, colesterol, ésteres de colesterol, colesterol no esterificado, vitamina D y glucosa en ayunas. Según un estudio paralelo aleatorizado de 8 semanas de duración de treinta y seis sujetos sanos de 18 a 70 años que recibieron pescado, aceite de krill o aceite de control, el TAG en suero en ayunas no cambió entre los grupos.
También se comprobó que la glucosa en sangre disminuyó significativamente en el grupo de krill. Mientras que la vitamina D aumentó significativamente en el grupo del aceite de pescado, y todos los otros marcadores aumentaron en el grupo de aceite de krill.
Los beneficios del aceite de krill
El krill es distinto del aceite de pescado no solo por su mayor contenido de fosfolípidos, sino también porque contiene un perfil antioxidante único que incluye astaxantina. Se ha demostrado que la astaxantina brinda importantes beneficios para la salud de los ojos y la piel, pero también posee actividades antioxidantes.
Los beneficios del aceite de pescado
El aceite de pescado también tiene beneficios, faltaría más. Tiene niveles significativamente más altos de EPA y DHA, en comparación con el aceite de krill. Cabe añadir que se puede obtener fácilmente en dosis clínicamente relevantes al consumir pescado de agua fría. De esta manera, los consumidores de pescado también están cosechando los beneficios de otros nutrientes que se encuentran de forma natural en el pescado, como el yodo, el selenio, la taurina, las proteínas de alta calidad y las vitaminas D y B12. Por último, y no menos importante, el aceite de pescado sigue siendo más económico.
A pesar de ser aparentemente rivales, el krill y el aceite de pescado pueden no ser mutuamente excluyentes después de todo. Es más, cada uno puede desempeñar un papel que el otro no consigue cumplir, haciendo que su uso combinado sea beneficioso e incluso preferente.
Referencias
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